A través de 57 fotografías, buscamos narrar una historia que habla de resistencia, responsabilidad ciudadana y compromiso con el cuidado de la naturaleza. Pero sobre todo, es una historia de amor: quedarse en el campo, elegir cultivar la tierra de manera agroecológica, preservar el monte nativo y criar animales en libertad, es un acto amoroso y valiente.

 

Nuestro intento por visibilizar la vida de pequeños productores y productoras se resume en «A mí dejame en el campo», una muestra fotográfica híbrida —física y virtual— que tiene como protagonistas a Amelia y Germán; Luis y Marcos; Anibal y Leti; y Malena.

 

Amelia Uzín y Germán Rearte Uzín. Asentados en Tabossi (Entre Ríos), llevan adelante Minhoca, trama de la tierra. Sin utilizar agrotóxicos y preparando sus propios bioles, siembran soja, maíz y sorgo, y hacen sus harinas, para luego comercializarlas a grupos de consumo, almacenes naturales, dietéticas y panaderías.

 

Luis Degenhard y Marcos Degenhardt. Tío y sobrino cultivan una gran variedad de verduras en su huerta agroecológica. Desde El Brete,

ubicado en Paraná, también asesoran a pequeños productores en el cultivo sin agrotóxicos y comercializan semillas agroecológicas.

 

Magdalena Torres Lencina. Conocida como Malena, tiene su casa en Aranguren (Entre Ríos). Junto a su marido Beto, cría animales  —sobre todo ganado y gallinas libres—, y tiene árboles frutales, con los que elabora dulces caseros.

 

Anibal Richard y Leticia Götte. En su casa de Villa Urquiza (Entre Ríos) se dedican a la producción de quesos artesanales y al cultivo de vegetales de su huerta agroecológica. Sus animales —ganado criado en la libertad del monte—, proveen de la materia prima para elaborar quesos de primera calidad.

 

Modificar la forma en la que producimos y consumimos alimentos es posible y urgente.

 

Fotografías de

Luli Sosa Benintende

A través de 57 fotografías, buscamos narrar una historia que habla de resistencia, responsabilidad ciudadana y compromiso con el cuidado de la naturaleza. Pero sobre todo, es una historia de amor: quedarse en el campo, elegir cultivar la tierra de manera agroecológica, preservar el monte nativo y criar animales en libertad, es un acto amoroso y valiente.

 

Nuestro intento por visibilizar la vida de pequeños productores y productoras se resume en «A mí dejame en el campo», una muestra fotográfica híbrida —física y virtual— que tiene como protagonistas a Amelia y Germán; Luis y Marcos; Anibal y Leti; y Malena.

 

Amelia Uzín y Germán Rearte Uzín. Asentados en Tabossi (Entre Ríos), llevan adelante Minhoca, trama de la tierra. Sin utilizar agrotóxicos y preparando sus propios bioles, siembran soja, maíz y sorgo, y hacen sus harinas, para luego comercializarlas a grupos de consumo, almacenes naturales, dietéticas y panaderías.

 

Luis Degenhard y Marcos Degenhardt. Tío y sobrino cultivan una gran variedad de verduras en su huerta agroecológica. Desde El Brete,

ubicado en Paraná, también asesoran a pequeños productores en el cultivo sin agrotóxicos y comercializan semillas agroecológicas.

 

Magdalena Torres Lencina. Conocida como Malena, tiene su casa en Aranguren (Entre Ríos). Junto a su marido Beto, cría animales  —sobre todo ganado y gallinas libres—, y tiene árboles frutales, con los que elabora dulces caseros.

 

Anibal Richard y Leticia Götte. En su casa de Villa Urquiza (Entre Ríos) se dedican a la producción de quesos artesanales y al cultivo de vegetales de su huerta agroecológica. Sus animales —ganado criado en la libertad del monte—, proveen de la materia prima para elaborar quesos de primera calidad.

 

Modificar la forma en la que producimos y consumimos alimentos es posible y urgente.

 

Fotografías de

Luli Sosa Benintende