Agroecología
Ecocidio y zona de sacrificio ambiental: alarma científica en la cuenca Las Conchas
Arroyos de la cuenca Las Conchas, que desagüa en el río Paraná, registran niveles alarmantes de contaminación por efluentes industriales y cloacales, así como el mayor nivel histórico de glifosato.
Un estudio reciente encabezado por el investigador Rafael Lajmanovich (UNL–CONICET) confirmó niveles extremos de toxicidad en los arroyos Las Conchas, El Espinillo, Crespo y Las Tunas, todos ellos afluentes del río Paraná.
En diálogo con CAUCE, Lajmanovich explicó los hallazgos del trabajo “Impacto ecotoxicológico de la agroindustria en los arroyos de una cuenca sudamericana: renacuajos anfibios como indicadores de salud ambiental”, publicado en la revista internacional Water Environment Research, y advirtió sobre la gravedad de la situación: “Están vertiendo desechos cloacales e industriales en cuerpos de agua muy pequeños, con escaso o nulo poder de dilución. Es una situación de ecocidio y una verdadera zona de sacrificio ambiental. Todo eso va a parar al Paraná”.
Además, el estudio confirma y amplía las investigaciones iniciadas por el científico Damián Marino, quien ya en 2016 postuló que el glifosato drena desde las zonas productivas hacia toda la cuenca del Paraná. Precisamente, en el arroyo Las Conchas, junto a un área natural protegida como es el Parque Escolar Rural Enrique Berduc –Parque San Martín–, se encontró el mayor nivel histórico de glifosato registrado en Sudamérica, con 5.002 microgramos por kilo de sedimento.
Los resultados respaldan denuncias recientes realizadas por ciudadanos integrantes de la Red Cuenca Las Conchas por derrames de efluentes cloacales e industriales sobre el arroyo Crespo y de la escuela de kayak y actividades al aire libre A Remarla (Kayak Paraná Club), que registró un nuevo episodio de teñido rojizo de las aguas del arroyo El Espinillo.
En este marco, Fundación CAUCE: Cultura Ambiental – Causa Ecologista y el Foro Ecologista de Paraná presentaron el 28 de octubre una denuncia penal ante el fiscal federal Leandro Ardoy contra quienes resulten responsables por hechos de contaminación ambiental que afectan al río Paraná y sus afluentes.
Impacto ecotoxicológico de la agroindustria: acerca del estudio
Rafael Lajmanovich trabaja hace 25 años en conservación de fauna silvestre, especialmente, en ecotoxicología. El equipo de investigación que encabeza, del que forman parte profesionales de distintas cátedras y laboratorios del CONICET, la Universidad Nacional del Litoral, el INTA y el Instituto Nacional de Limnología, viene estudiando distintos arroyos de Santa Fe y Entre Ríos, mediante un protocolo que analiza contaminantes del agua y del sedimento y produce bioensayos en laboratorio:
“El bioensayo es llevar una representación de ese cuerpo de agua al laboratorio para estudiarlo más profundamente. Se reconstruye el limnobio, se le exponen organismos y después se estudia a nivel bioquímico, a nivel molecular, a nivel genético, esos organismos expuestos”, explicó el investigador.
El equipo trabaja en cuerpos de agua de pequeño tamaño, como lagunas y arroyos, “pero mi objetivo es, justamente, proteger el río”, destacó Lajmanovich. “Cuando vas a estudiar la contaminación en el río, esa contaminación se generó en otro lugar. Hay algunas empresas que tienen volcado directo al Paraná en la zona de Rosario. Pero, en general, todo lo que contamina y llega al río viene de los cursos de agua secundarios o primarios que lo abastecen”, explicó.
La cuenca Las Conchas bajo la lupa
Lajmanovich señaló que esta cuenca era un área prioritaria por contener el Parque General San Martín, un área natural protegida. Ya en 2005, el equipo había encontrado restos del plaguicida endosulfán en animales del Parque, lo que derivó en la prohibición del uso de agrotóxicos en la reserva. “Eso para nosotros fue un gran logro, porque fue resultado efectivo del trabajo de investigación”, destacó.
En esta oportunidad, al arroyo Las Conchas, se sumó el arroyo El Espinillo, que vuelca sus aguas en Las Conchas, además de dos cauces más: Crespo y Las Tunas. El arroyo Crespo desemboca en El Espinillo y Las Tunas desemboca en Las Conchas, luego de atravesar el Parque General San Martín. “Era de público conocimiento que en Crespo se estaban generando un montón de desechos agroindustriales y cloacales que van por este pequeño arroyito. Asimismo, si el objetivo era monitorear qué contaminación podía llegar al Paraná, “Las Tunas era una fuente importantísima que queríamos estudiar”.
“Afortunadamente, viendo todos los resultados en su conjunto, dio que el arroyo que estaba en mejor estado de salud ambiental era Las Conchas, obviamente; luego seguía El Espinillo y los otros dos estaban, para decir una palabra no muy académica, detonados”, concluyó el investigador.
Por un lado, alarmó al equipo el nivel de toxicidad que tienen estos dos últimos arroyos: los bioensayos realizados con renacuajos demostraron una tasa de mortalidad del 100% en apenas 24 horas, además de aguas con coloración negra y niveles de escherichia coli miles de veces por encima de los valores permitidos.
Por otra parte, en el Parque San Martín, obtuvieron residuos en sedimentos en un nivel inesperado, sobre todo, de glifosato. “El arroyo Las Conchas es el receptor de una cuenca de 200.000 hectáreas, de las cuales el 80% está cultivada con cultivos que utilizan agroquímicos. Sacando las 600 hectáreas del parque, el resto es todo de cultivo de soja, maíz, trigo en donde usan indiscriminadamente los paquetes tecnológicos actuales. O sea que de alguna manera va todo drenando a ese curso de agua”, explicó Lajmanovich.
Sentenció: “Es un valor extremadamente alto, un récord. Hay algunos registros de valores similares o un poco mayores en China, pero en Sudamérica no hay nada, al menos, publicado”.
El investigador explicó que queda como pregunta de investigación abierta la posibilidad de que las arcillas favorezcan la acumulación de estos tóxicos: “Alguien tendría que seguir estudiando por qué se acumulan tanto justamente en ese sedimento”.
Este trabajo se presentó en el marco de la conformación de la Red Cuenca Las Conchas por el cuidado de la vida, la salud y el ambiente, en agosto pasado, una instancia que Lajmanovich resaltó como “un hecho político muy importante”. La red está conformada por personas y organizaciones, entre ellas, la Asociación Civil SomosTierraMonte, la Cooperativa de Trabajo El Espinal, el Camping El Espinillo y la Reserva de Usos Múltiples La Porota, entre otras.
Problemática del arroyo Las Tunas
Tanto el Parque Industrial de Paraná como la red cloacal de San Benito vuelca sus desechos en el arroyo Las Tunas, un cuerpo de agua “muy pequeño, con escaso o nulo poder de dilución”.
El pasado 29 de septiembre se designaron las autoridades del Comité de Cuenca del arroyo Las Tunas, en cumplimiento de la Ley N° 9.757, con la participación de representantes del Estado, vecinos, la Asamblea Ciudadana de Paraná y otras entidades. El periodista y escritor Daniel Tirso Fiorotto fue elegido por unanimidad como presidente, y el investigador Rafael Lajmanovich, como vocal por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
En cuanto a la situación del arroyo, Lajmanovich fue determinante: “Está ocurriendo un ecocidio, porque dentro del cauce del arroyo está todo muerto. Pero, además, la diferencia de Las Tunas con los otros sitios estudiados es que tiene poblaciones humanas alrededor, que están expuestas permanentemente a ese nivel de contaminación. Toda esa área y toda la población que está muy relacionada, muy cerca de ese arroyo, es lo que se denomina en la literatura zona de sacrificio ambiental. Vivir ahí es un sacrificio ambiental”.
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