Página 12 publica este jueves 14 de marzo, en el Día Mundial de Acción en defensa de los ríos, un artículo firmado por Darío Aranda dedicado a la travesía a remo que comienza hoy y que impulsan más de cien organizaciones para para denunciar la contaminación de represas, pasteras, countries y el agronegocio.
Desde Fundación CAUCE, ante la consulta del periodista, se hizo referencia a la lucha anti represa frente al proyecto Paraná Medio en los 90, pero también a las amenazas actuales, que van desde una nueva iniciativa con otro emplazamiento pero en el mismo sentido, hasta el proyecto hidrovía que afecta a toda la Cuenca del Plata.
Dice, textualmente, Página 12: «La ONG Cauce (Cultura Ambiental Causa Ecologista) recordó la gravedad de otro megaproyecto: la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), que se extiende por 3400 kilómetros, desde Bolivia, pasando por Paraguay y Brasil, hasta Argentina. “Una hidrovía es una ‘autopista’ en el río. Pretenden realizar dragados para lograr mayor profundidad hasta rectificación de las curvas y remoción de formaciones rocosas. De realizarse, tendrá consecuencias irreversibles en el sistema de humedales y en las comunidades que viven a lo largo del mismo”, alertaron desde Cauce, que forma parte del colectivo de organizaciones Humedales sin Fronteras.
Aquí la nota completa
En el Día Mundial contra las Represas y por
los Ríos, hoy arranca una serie de actividades para denunciar la contaminación
de represas, pasteras, countries y el agronegocio.
Por Darío Aranda
Represas, pasteras, barrios cerrados,
agronegocio y sus tóxicos. Son algunas de las amenazas que sufren los ríos y
humedales de Argentina. En el marco del Día Mundial contra las Represas y por
los Ríos, hoy se inicia una serie de actividades en defensa de los ríos Paraná
y Uruguay. Cientos de personas remarán desde Misiones, Corrientes, Entre Ríos y
Santa Fe para confluir en mayo en Buenos Aires. “Los ríos y los humedales no
son basureros, son dadores y portadores de vida, nuestra salud depende de
ellos”, recordaron las más de cien organizaciones convocantes.
“Denunciamos la grave contaminación con agrotóxicos, plásticos, metales pesados y demás residuos peligrosos provenientes del vertido de actividades industriales, como asimismo la contaminación por vertido de efluentes cloacales crudos”, denuncia el comunicado que convoca a la “remada por los ríos”, actividad que comienza hoy en Misiones (Iguazú) y Entre Ríos (Concordia), con decenas de embarcaciones que, en un trabajo de postas, navegará durante dos meses hasta Tigre, donde confluirá en un gran festival.
Serán más de 40 postas en cinco provincias, en las que se sumarán más remadores y embarcaciones, y donde habrá jornadas de concientización, charlas abiertas y exposición de problemáticas locales. El Dorado, San Ignacio y Posadas son algunas de las ciudades de Misiones donde habrá actividades.
La provincia tiene largo historial del
padecer represas. Desde Yacyretá, bautizado como “monumento a la corrupción”,
hasta el sufrir de los miles de reubicados, que de ser pescadores y campesinos
pasaron a ocupar barrios empobrecidos en grandes ciudades. Además de efectos
sociales, las represas son cuestionadas desde hace medio siglo por sus
consecuencias sanitarias y ambientales, muy lejos de ser “energía limpia”, como
se publicitan.
“Exigimos la prohibición de construcción de
represas en los ríos Paraná y Uruguay, como así también, de cualquier otro
megaemprendimiento inmobiliario y/o construcción de industrias que amenacen la
calidad de sus aguas y el equilibrio de los ecosistemas”, señala el segundo
punto de la convocatoria de hoy, que llama a “salvaguardar y restaurar el
carácter especial de los ríos y humedales, sus valor social, cultural,
ecológico, escénico y turístico”.
Entre Ríos, en la década del 90, frenó la
construcción la llamada “represa del Paraná Medio”, que pretendía realizar un
gran dique a la altura de la ciudad de Santa Fe y Paraná. El proyecto fue
reflotado en los últimos.
La ONG Cauce (Cultura Ambiental Causa
Ecologista) recordó la gravedad de otro megaproyecto: la Hidrovía
Paraguay-Paraná (HPP), que se extiende por 3400 kilómetros, desde Bolivia,
pasando por Paraguay y Brasil, hasta Argentina. “Una hidrovía es una
‘autopista’ en el río. Pretenden realizar dragados para lograr mayor
profundidad hasta rectificación de las curvas y remoción de formaciones
rocosas. De realizarse, tendrá consecuencias irreversibles en el sistema de
humedales y en las comunidades que viven a lo largo del mismo”, alertaron desde
Cauce, que forma parte del colectivo de organizaciones Humedales sin Fronteras.
Gabriela Ferrer, del Centro de Protección a
la Naturaleza (Cepronat) de Santa Fe explicó que la remada por los ríos surgió
de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) Litoral, pero remarcó que sólo es
posible por la enorme cantidad de organizaciones sociales y escuelas de kayak
que trabajaron en conjunto. Explicó que todas actividades figuran en la página
de Facebook “remada por los ríos”. También recordó la contaminación con
agrotóxicos. Un estudio de 2017 del Centro de Investigaciones del Medio
Ambiente (CIMA) de la Universidad de La Plata detectó plaguicidas en toda la
cuenca del río Paraná: glifosato, endosulfán, clorpirifos y cipermetrina, entre
otros. “El fondo de un río que desemboca en el Paraná tiene más glifosato que
un campo de soja”, graficó Damián Marino, coordinador de la investigación.
Un punto fundamental que exigen es la
“inmediata aprobación” de la ley de humedales. El macrismo había prometido
aprobarla pero, luego de dos años en el Congreso y con media sanción, perdió
estado parlamentario. Legislar la protección de humedales pone en foco a las
actividades extractivas que atentan contra ellos: agronegocio, minería de litio
(las salinas son humedales) y grandes emprendimientos inmobiliarios.
Paradas que se esperan masivas de la remada
por los ríos son Campana, Escobar, Pilar y Tigre. Todos lugares asediados por
countries. Diego Domínguez, de la cooperativa Isla Esperanza de Tigre e
investigador del Conicet, afirmó que continua el avance de las grandes
inmobiliarias y millonarios en la zona del Delta bonaerense. Domínguez señaló
que hay más de 10.000 hectáreas que las empresas se hicieron (o pretenden)
violando derechos de isleños que viven en el lugar desde hace generaciones.
También apuntó al rol de los gobiernos municipales, que “facilitan el accionar
de las compañías y privatizan el Delta, las cosas y los ríos”.